Golpe de calor en Perros

Golpe de Calor en Perros: Un Peligro Silencioso que Requiere Prevención y Acción


*Imagen cortesía del Colegio de Veterinarios de Madrid


En ocasiones se registran altas temperaturas junto que  traen consigo un riesgo severo para nuestros compañeros caninos: el golpe de calor o hipertermia. A diferencia de los humanos, los perros son mucho más sensibles al calor extremo, ya que sus mecanismos de termorregulación son menos eficientes, lo que les afecta con mayor rapidez y gravedad. Este trastorno es una emergencia veterinaria que puede resultar mortal en tan solo 15 a 30 minutos si no se interviene a tiempo.

¿Qué es el golpe de calor y por qué es tan peligroso?

El golpe de calor es una condición grave donde la temperatura corporal del perro se eleva bruscamente. Mientras que la temperatura normal de un perro oscila entre los 37.5 y 39°C, en un golpe de calor puede superar los 40°C e incluso alcanzar los 42°C, siendo una temperatura crítica que provoca disfunción multiorgánica múltiple.

La razón de esta vulnerabilidad radica en cómo los perros disipan el calor. A diferencia de las personas que sudan por todo el cuerpo, los perros principalmente regulan su temperatura a través del jadeo y, en menor medida, a través de pequeñas glándulas sudoríparas ubicadas en las almohadillas plantares. Cuando jadean, aumentan el intercambio de aire en los pulmones, lo que ayuda a reducir la temperatura de la sangre. También poseen un mecanismo en las fosas nasales que libera microgotas de agua para enfriar el aire inspirado. Sin embargo, este proceso es lento y no es suficientemente efectivo en condiciones de alta temperatura y/o humedad ambiental. La rápida subida de temperatura provoca una disminución de los líquidos corporales, lo que altera el sistema circulatorio y reduce el oxígeno que llega a los órganos, pudiendo causar un fallo irreversible.

Factores que aumentan el riesgo de golpe de calor

Todos los perros están expuestos, pero ciertos factores incrementan significativamente el riesgo:

  • Condiciones de salud: Obesidad, enfermedades respiratorias, cardíacas, neurológicas o neuromusculares.
  • Edad: Los cachorros y perros seniors tienen más dificultad para regular su temperatura.
  • Ingestión de grandes cantidades de alimento o comer antes de hacer ejercicio.
  • Razas susceptibles:
    • Braquicefálicas (hocico chato): Bulldog (inglés, francés), Carlino, Bóxer, Shih Tzu, Shar Pei, Lhasa Apso, Pekinés, Cavalier King Charles Spaniel, Boston Terrier, Persas (en gatos). Su anatomía de vías respiratorias más estrechas dificulta el enfriamiento.
    • Otras razas: Terranova, Chow Chow, Staffordshire Bull Terrier, y razas nórdicas.
  • Exposición ambiental:
    • Ambientes calientes y húmedos.
    • Exposición directa al sol durante períodos prolongados.
    • Espacios confinados, reducidos o cerrados sin ventilación, como el interior de un coche (donde la temperatura puede alcanzar los 60°C).
    • Suelos que transmiten calor, como el asfalto o el cemento.
  • Ejercicio extenuante en condiciones de calor.

Síntomas de alarma: ¿Cómo identificar un golpe de calor?

La detección temprana de estos signos es vital:

  • Jadeo excesivo y dificultad para respirar: Boca abierta, jadeos muy continuos y ruidosos, respiración acelerada y forzada.
  • Salivación excesiva: Saliva espesa y pegajosa.
  • Temperatura corporal elevada: Superior a 40°C.
  • Encías y lengua de color alterado: Pueden ser de color rojo intenso o pálido, e incluso azuladas en casos graves.
  • Debilidad y letargo: El perro parece muy cansado, con falta de energía, se acuesta y no quiere o no puede levantarse.
  • Incoordinación: Temblores, tambaleos, deambulación inestable, tropiezos y caídas.
  • Vómitos o diarrea: A veces acompañados de sangre.
  • Cambios de estado mental: Desorientación, nerviosismo, inquietud, ansiedad, o pérdida de conciencia.
  • Convulsiones.
  • Piel y almohadillas más calientes de lo normal.
  • Ritmo cardíaco acelerado (taquicardia).
  • Anuria (no orina) o orina muy oscura con sangre.

Cómo actuar ante un golpe de calor: ¡Cada segundo cuenta!

Si sospechas que tu mascota está sufriendo un golpe de calor, es fundamental mantener la calma para actuar de forma efectiva y rápida. Los estudios más recientes sobre la hipertermia subrayan un consejo clave: es crucial rebajar la temperatura corporal primero y después, de inmediato, acudir al veterinario más cercano.

Sigue estas recomendaciones:

  1. Alejar del calor: Traslada a tu perro inmediatamente a un lugar fresco, sombreado y bien ventilado. Un espacio interior con aire acondicionado es ideal.
  2. Controlar la temperatura: Si es posible, toma la temperatura rectal con un termómetro digital. Detén el enfriamiento cuando la temperatura baje a 39°C (102.5°F) o justo por debajo de 40°C (39.8°C), para evitar la hipotermia.
  3. Enfriamiento gradual (métodos adecuados):
    • Mojar el cuerpo: Humedece la totalidad del pelaje de tu mascota con agua tibia o fresca, no helada. Concéntrate en la cabeza, cuello, abdomen, axilas (ingles), almohadillas y lengua.
    • Inmersión: Para perros jóvenes y sanos, puedes sumergir parte de su cuerpo en agua fría, teniendo cuidado de mantener siempre la cabeza despejada. Para perros más mayores o con problemas de salud, el enfriamiento por evaporación es preferible.
    • Ventilación: Abanica a tu perro, enciende el aire acondicionado o un ventilador para generar corriente de aire y facilitar el enfriamiento por evaporación.
    • Alcohol: Algunas fuentes sugieren aplicar alcohol en las almohadillas plantares, axilas e ingles para producir un enfriamiento evaporativo.
  4. Hidratación: Ofrece pequeñas cantidades de agua fresca si tu perro está consciente y puede beber. No lo fuerces a beber si está inconsciente, y no permitas cantidades excesivas, ya que podría provocar vómitos o torsiones gástricas.

¡Lo que NO hay que hacer!

  • NUNCA uses hielo o agua helada directamente. El frío extremo provoca vasoconstricción superficial (estrechamiento de los vasos sanguíneos de la piel), lo que dificulta que el cuerpo libere calor del centro del organismo y puede empeorar la situación, además de causar escalofríos (que generan calor) o hipotermia.
  • Evita cubrir el cuerpo de tu mascota con toallas mojadas. Aunque antes se recomendaba el uso de paños húmedos, cubrir al perro con ellos puede atrapar el calor bajo la toalla e impedir que se refresque eficazmente, siendo un método menos efectivo y potencialmente perjudicial. Es mejor mojarlo y generar una corriente de aire.

Una vez que la temperatura de tu perro haya descendido un poco y esté más estable, dirígete ¡de inmediato al veterinario!. La mayoría de los animales que han sufrido un golpe de calor requerirán hospitalización para recibir rehidratación intravenosa y monitorización estricta, a menudo en la Unidad de Cuidados Intensivos. Incluso si el animal parece recuperado, es crucial una revisión veterinaria para descartar daños internos que no son aparentes.

Prevención:

La prevención es la herramienta más poderosa contra el golpe de calor. Aunque es más común en verano, puede ocurrir en cualquier época del año si el perro está expuesto a altas temperaturas o realiza ejercicio excesivo en un ambiente mal ventilado.

Durante los paseos:

  • Horarios: Elige las horas más frescas del día (primera hora de la mañana o al atardecer) para los paseos más largos.
  • Sombra y ejercicio: En las horas centrales del día, los paseos deben ser más cortos, a ser posible por zonas de sombra y evitando el ejercicio extenuante.
  • Superficie: Pasear por césped es siempre preferible al asfalto o cemento, ya que la temperatura del pavimento a pleno sol puede causar daños, erosiones y quemaduras en las almohadillas. Utiliza la "regla de los 5 segundos": si no soportas mantener el dorso de la mano sobre el cemento durante cinco segundos, tu perro tampoco.
  • Opciones refrescantes: Siempre que sea posible, opta por entornos donde el paseo incluya algún baño, como ríos, lagos, pantanos o playas.
  • Hidratación y descanso: Ofrece agua con regularidad y permíteles descansar a la sombra siempre que les apetezca.

En casa:

  • Bebederos: Coloca varios bebederos con agua fresca y limpia en diferentes estancias. Puedes echar unos cubitos de hielo o cambiar el agua varias veces al día para que no se caliente.
  • Ventilación: Asegúrate de que las estancias estén bien ventiladas. Usa ventiladores o aire acondicionado si es necesario. Ten precaución con las zonas o terrazas acristaladas, ya que el efecto invernadero puede elevar mucho la temperatura.
  • Juegos y descanso: Usa juguetes rellenables congelados para refrescarlos de forma saludable y divertida. Facilita superficies frescas donde puedan tumbarse o considera camas refrescantes.

La alimentación:

  • Horarios: Aconséjales darles de comer a las horas de menos calor, ya que es habitual que disminuya el apetito.
  • Digestión: Es recomendable distanciar la hora de la comida de la hora del paseo para facilitar la digestión. No dar de comer antes de hacer ejercicio.
  • Snacks: Puedes hacer cubitos de hielo con su propia comida a modo de snack saludable (o frutas/verduras congeladas, si les gustan).

En coche:

  • Lo ideal es llevar el aire acondicionado siempre puesto.
  • ¡ADVERTENCIA CRUCIAL! NUNCA hay que dejar a un perro solo dentro del vehículo, ni con las ventanas abiertas ni con el coche a la sombra. ¡Incluso unos pocos minutos pueden ser suficientes para que ocurra un golpe de calor fatal!.

Cuidados de piel y pelo:

  • Más que rapar el pelo (lo cual rara vez es aconsejable), es mucho más recomendable realizar un buen cepillado para retirar el pelo de muda. El pelo actúa como protección contra el sol y el calor, formando una cámara de aire. Los perros blancos con piel clara pueden quemarse con el sol, por lo que el pelo les protege.
  • Revisa el estado de sus almohadillas e hidrátalas con vaselina o con cualquier producto adecuado diseñado para tal fin.
  • Evita bozales que dificulten el jadeo, ya que impiden la termorregulación.

Secuelas y consecuencias a largo plazo

El golpe de calor puede tener consecuencias graves y duraderas para la salud de tu mascota, incluso si sobrevive al episodio inicial.

  • Daño orgánico permanente: Afectando órganos vitales como los riñones, el hígado y el corazón.
  • Problemas neurológicos: Inflamación cerebral que puede resultar en convulsiones, ceguera o cambios de comportamiento.
  • Coagulación intravascular diseminada (CID): Un trastorno grave que afecta la capacidad de la sangre para coagularse correctamente.
  • Miopatía: Daño muscular que puede causar debilidad o dolor persistente.
  • Complicaciones respiratorias: Debido al daño en las vías respiratorias.
  • Afecciones dermatológicas: Como quemaduras solares y lesiones cutáneas.

Lamentablemente, alrededor del 40% de los animales que sufren un golpe de calor pueden fallecer, y muchas mascotas no logran sobrevivir a este problema. Por ello, es fundamental que un perro que haya sufrido un golpe de calor sea monitoreado de cerca por un veterinario para identificar y tratar cualquier complicación a largo plazo.

Un mito a desmentir: No te confíes

Es un error común pensar que el golpe de calor solo ocurre en verano. La realidad es que puede afectar a un perro en cualquier momento del año, especialmente si ha realizado ejercicio excesivo o se encuentra en una zona mal ventilada. La edad, el estado de salud o la raza también influyen. Los golpes de calor son muy traicioneros, no te confíes.

Conclusión:

Proteger a nuestros perros de las altas temperaturas es una responsabilidad fundamental. El golpe de calor es un trastorno muy grave y potencialmente mortal en su caso. La prevención es la clave, y si detectas que tu perro podría estar sufriéndolo, recuerda: debemos rebajar su temperatura lo antes posible y acudir entonces al veterinario. Tu rapidez y preparación pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte de tu fiel compañero.




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